La terapia Cognitivo-Conductual, es una de las escuelas de Psicoterapia más antiguas. Se define por su modelo de naturaleza humana y su metodología.
Por ello, consideramos que nuestra personalidad, es el resultado de nuestras experiencias. No nacemos con una personalidad definida, el proceso de aprendizaje continúa día a día. Aprendemos siendo niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos.
Esto incluye también los problemas psicológicos. Un problema psicológico, en esencia, es el resultado de un mal aprendizaje y/o la ausencia de un buen aprendizaje.
Así como aprendemos comportamientos adecuados o que nos sirven para vivir cómodamente, también aprendemos comportamientos que nos hacen daño. Así pues, aprendemos a tener miedo, tristeza, enfado, adicciones y cualquier otro problema emocional.
Los problemas emocionales son conductas aprendidas que nos perturban, que no nos sirven para vivir felizmente. Cuando una persona tiene una fobia, una depresión, un problema emocional, no es porque esté enfermo, loco o acomplejado, sino simple y realmente porque ha aprendido a comportarse de esa forma. De la misma manera y siguiendo los mismos principios de aprendizaje, una conducta puede desaprenderse y ser sustituida por otra.