Adicto al trabajo ¿No sabes parar?
La persona con un problema de laborodependencia se caracteriza por mantener una implicación excesiva con su trabajo. Esta implicación es progresiva, poco a poco se va invirtiendo más tiempo y más esfuerzo, hasta llegar a un punto en que la persona padece consecuencias negativas. Dentro de estas las más habituales son: conflictos con su entorno (incompatibilidad con la vida familiar, problemas de pareja, aislamiento de los amigos…) y físicas (estrés, agotamiento…). La persona a pesar de estos problemas se siente incapaz de controlar y reducir el tiempo que dedican a su trabajo.
Esta dedicación excesiva al trabajo no ha de responder a exigencias del propio puesto de trabajo, sino a una necesidad personal, producto de una sobrevaloración o falsa atribución que la persona hace de su implicación en el trabajo.
Fuente: ais-info.org
ADICCIÓN A INTERNET ¿DESCONECTAS?
Esta conducta de abuso se va perpetuando y se hace necesario ir aumentando el tiempo de conexión para lograr la misma satisfacción que al principio. La persona se mantiene en esta conducta a pesar de las consecuencias negativas que terminan produciéndose (aislamiento, fracaso escolar, conflictos familiares…).
Las señales de alarma que pasamos a definir, han de tomarse en consideración para aquellos casos que se sospeche de un uso indebido y abusivo de internet:
– El tiempo que se permanece conectado va incrementando gradualmente.
– Alteración del ritmo de sueño: la persona va reduciendo su tiempo de sueño (duerme menos de 5h), permaneciendo despierto hasta altas horas de la madrugada. Esto puede llegar a producir fatiga, debilidad y en general un deterioro físico y de salud.
– El ámbito familiar, académico y profesional se van viendo perjudicados. La persona se va aislando de su entorno y descuida todas sus obligaciones sociales. La persona deja de comunicarse con familiares y amigos, lo que le lleva a un incremento de su soledad y depresión. Se dejan de hacer las actividades de responsabilidad pero también las de ocio.
– Alteraciones del estado de ánimo que van desde estados depresivos al mal humor, ansiedad o impaciencia.
– Cuando no se puede conectar (voluntaria o involuntariamente) la persona puede mostrarse muy irritable o depresiva, cuando la conexión se enlentece puede expresar una gran impaciencia.
– Ante firmes propósitos de reducción del tiempo de conexión o de no conectarse la persona no logra mantenerse. La persona se propone estar conectado unos minutos y finalmente es incapaz de dejarlo durante horas.
– Síndrome de abstinencia cuando no se conecta, caracterizado por una sintomatología propia: agitación psicomotora, ansiedad, pensamientos obsesivos sobre Internet, fabulación y ensoñaciones con Internet, movimientos voluntarios o involuntarios similares a los que se efectúan sobre un teclado o ratón del ordenador, irritabilidad, desesperanza…
– La persona finalmente se conecta a Internet porque toda esta sintomatología mejora, así conectarse a Internet se convierte en un aliviador de malestar que produce el síndrome de abstinencia.
– El pensamiento de la persona circula siempre entorno a lo que pasa en Internet de modo obsesivo, esto tanto si está como si no está conectado.
– La persona permanecerá conectada y negará tener un problema a pesar de las evidentes repercusiones negativas tanto a nivel físico como social, laboral o psicológico. Algo que suele caracterizar a estas personas es la falta total de conciencia de problema, aunque a veces pueda admitir cierto grado de “enganche” no son conscientes de su problema, repercusiones y medidas necesarias para resolverlo.
– Por último, es importante tener en cuenta la opinión del entorno, si éste valora si hay un problema de uso abusivo. Es habitual que la relación con el entorno familiar sea de tensión debido precisamente a esta discrepancia de opinión sobre el uso que se hace de Internet, la persona suele ver a su entorno como exagerado y alarmista e incluso puede llegar a sentirse incomprendido.
Fuente:ais-info.org